La embajada del Perú fue el 4 de abril del 1980 y mi hija nació el 12 de Abril de 1980 , así que cuando nos llegó la salida por el Mariel el 17 de mayo, ella solo tenía 36 días de nacida.
Cuando nos presentamos en el edificio de seguridad donde nos recogerían ,nos entregaron salvoconductos como si hubiéramos estado en la embajada del Perú, algo totalmente falso (los cuales conservo).Llegamos al Mariel en una guagua, lugar el cual era un campamento lleno de carpas donde los catres estaban en la tierra. Había un solo edificio de cemento que era donde te registraban y te hubicaban en la carpa que pertenecías. Nosotros salimos como familia de un preso político.

Cuando nos toco la revisión mi esposo tomó la niña en sus brazos en lo que me registraban y revisaban. Una miliciana me mando a pasar detrás de una cortina de saco, y me registro toda. Cuando salí atolondrada con lo que había acabado de vivir, buscó con la mirada a mi esposo y lo encuentro del lado de los que habían revisado. Se había pasado sin que los milicianos lo revisarán, por lo que pasó sus prendas, dinero, y La Niña con sus areticos.

Mi angustia era como podíamos estar tanto tiempo allí con una niña tan pequeña. Las personas nos decían días y semanas de espera. Dios nos protegió siempre. Salimos al mar en la madrugada del 18 en 17 horas de odisea llegamos a Cayó Hueso, en el lugar de las carpas del army. El trato fue maravilloso. Cuando vieron La Niña nos montaron en la primera guagua para Miami.

El Orange Bowl hay mucho que hablar. Las personas llegaban a los alrededores y te regalaban las cosas que tenían puestas, te compraban helados, lloraban. Estaban tan felices de lo que estaba pasando. Y después el aeropuerto de Opa locka, tan organizado, todos tan cariñosos. Tenían muchachitas para entretener y cuidar los niños en lo que te hacían las entrevista y los papeles de immigracion. Nadie podía creer el tiempo que tenía mi Lily. Pensaban que había nacido en la embajada del Perú. Hoy graduada con un Master en business administration.

Mi esposo (28) y yo (20) en el 1980, Marielitos que le damos las gracias a este gran país por darnos la oportunidad que nos fue negada en nuestro país, donde nuestras hijas estudiarían y viven en libertad y respeto al ser humano.

Hay muchos detalles de cada lugar que los revivo en mis recuerdo, pero me pasaría de las 1000 palabras, gracias por la labor que hacer. El Mariel fue una huella muy importante en Miami. Vinimos con muchas ganas de crecer y trabajar. Gracias.